DUBLÍN

La capital irlandesa recibe a sus visitantes con más de un millón de sonrisas: las de una población abierta y amable que complementa un rico patrimonio histórico y cultural aderezado con una completa oferta de ocio y aventura: en Dublín cada momento puede convertirse fácilmente en una experiencia inolvidable.
1 de enero de 2020

CALOR IRLANDÉS

Por Cristina Cunchillos
Fotos Shutterstock

Dublín desconcierta. El idioma de sus habitantes (ya sea su melódico inglés o el impenetrable gaélico) evidencia los vínculos históricos con la civilización celta y la Corona británica. El verde de los montes que rodean la ciudad delata su clima atlántico y latitud septentrional. Sin embargo, su ambiente animado, tradiciones arraigadas y estilo de vida relajado recuerdan más a la Europa mediterránea.

Se dice que los visitantes llegan a Dublín para visitar Irlanda y regresan una y otra vez a causa de los irlandeses, considerados entre los pueblos más acogedores del mundo. En la capital irlandesa es fácil hacer amigos.

Esta cálida bienvenida, combinada con su variada oferta de museos y tabernas, nuevas y mejoradas opciones de alojamiento y en un enclave único entre el mar y la montaña, hacen de Dublín  un destino al alza para viajes de incentivo.

Es además una ciudad abierta al mundo, que cuenta con conexiones aéreas directas con más de 200 ciudades en 44 países, incluyendo 20 destinos en España. Desde Latinoamérica no hay vuelos directos, se puede acceder vía Europa o desde Miami, Orlando o Nueva York, entre otros destinos norteamericanos.

Dublín histórico
Fundada por los vikingos a orillas del río Liffey, al que ellos llamaban Dubh Linn (laguna negra), la capital irlandesa cuenta con un centro histórico compacto que refleja su pasado, a veces turbulento. Entre las atracciones más antiguas de la ciudad destacan sus dos catedrales medievales y el Castillo de Dublín, ahora sede de exposiciones y venue para grandes eventos: desde banquetes para 400 comensales a cócteles con 4.000 invitados en sus jardines.

En las cercanías se inauguró en julio The Marlin, un espectacular hotel de 300 habitaciones orientado a millennials con su oferta de espacios comunes donde trabajar, relajarse, comer, jugar o hacer nuevos contactos. Su diseño en un bloque triangular, y la curiosa decoración de su lobby donde se puede encontrar desde una clásica moto Vespa a un frondoso jardín interior, tienen presencia habitual en las  redes sociales.

También en el centro, el Hyatt Centric The Liberties Dublin fue el primer hotel de la cadena en la ciudad. Abrió el pasado mes de agosto frente a la catedral de San Patricio. Cuenta con 234 habitaciones, así como salas de reuniones y una terraza de verano.

Marriott inauguró su primer hotel Aloft en 2018. Lo hizo en The Liberties, el histórico distrito que concentró destilerías y cervecerías en los siglos XVIII y XIX y que ahora vuelve a ponerse de moda. El Aloft Dublin City cuenta con 202 habitaciones y es inmediatamente reconocible por su colorida fachada.

Clásicos irlandeses
Algunos hoteles clásicos han renovado su oferta, como el Westin Dublin, que recientemente añadió 19 nuevas habitaciones hasta ofrecer un total de 191. El edificio de 1860 fue la sede del primer banco comercial de Irlanda. En el Banking Hall original se celebran cenas de gala para 200 comensales en un ambiente suntuoso.

Está ubicado junto a Trinity College, la prestigiosa Universidad irlandesa fundada por la reina Isabel I de Inglaterra en 1592. Alberga entre sus joyas el Libro de Kells, un fabuloso manuscrito ilustrado del siglo IX que atrae a millones de visitantes. Se organizan visitas privadas para grupos.

Al este de Trinity College se extiende el Dublín de la era georgiana (siglos XVIII-XIX), caracterizada por su elegante arquitectura y las coloridas puertas. Aquí se encuentra otro de los clásicos cinco estrellas de la capital, The Shelbourne, un hotel con casi dos siglos de historia por el que han pasado artistas, políticos y miembros de la realeza, desde la princesa Gracia de Mónaco a John F. Kennedy, como recuerda el nombre de sus suites. Acaba de completar una remodelación de 40 millones de euros.

La mejor forma de explorar el Dublín histórico es a pie, en rutas guiadas que se pueden tematizar. Por ejemplo, se puede hacer un recorrido por los puntos relacionados con el Alzamiento de Pascua de 1916, rebelión contra el dominio británico que fue violentamente reprimida y marcó el comienzo de la lucha por la independencia de Irlanda, finalmente conseguida en 1937.

La compañía In Our Shoes Walking Tours ofrece rutas solidarias, guiadas por miembros de la comunidad local, para una experiencia más auténtica en el destino.

Otro modo de recorrer la ciudad es a bordo de los típicos autobuses de dos pisos “hop on hop off” de DoDublin, que ahora cuentan también con guías españoles y se pueden reservar para recorridos privados. El Ghostbus Tour incluye visitas teatralizadas a cementerios históricos y otros rincones ocultos.

El centro se presta a divertidas actividades de teambuilding, como búsquedas de tesoro interactivas, utilizando tabletas para responder a distintos retos y captar los momentos más entrañables, ante monumentos históricos o con dublineses. Los grupos también pueden aprender a elaborar los típicos bollos irlandeses –waterford blaa-, y degustar otros productos típicos en Cooks Academy.

Whisky y cerveza negra
Visitar Dublín es probar una pinta de Guinness, la marca de cerveza negra irlandesa más universal, cuya fábrica bordea el distrito The Liberties. El Guinness Storehouse es un edificio de siete pisos donde se explica la historia de la bebida en visitas de dos horas con guía o audioguías, terminando con una cata.

En la Academia Guinness, en la cuarta planta, los grupos pueden aprender a tirar la pinta perfecta, obteniendo incluso su propio certificado. El Gravity Bar del piso superior se reserva para eventos privados y a partir de febrero contará con un nuevo espacio, ampliando su capacidad hasta 500 personas en cóctel.

No se trata solo de cerveza negra. Los maestros cerveceros de Guinness también proponen otras versiones en su Open Gate Brewery, una cervecería y taberna abierta al público donde se celebran cenas privadas para grupos de hasta 120 personas.

En el edificio de la antigua central eléctrica que suministraba a la cervecería Guinness se encuentra la destilería de whisky Roe & Co, perteneciente al mismo grupo empresarial. Inaugurada en junio de 2019, ofrece tours y talleres interactivos en los que los grupos hacen catas o crean sus propios cócteles. Y es que el whisky (escrito whiskey, en su versión irlandesa) es la otra bebida más típica del país.

Cuenta incluso con su propio museo, el Irish Whiskey Museum, donde los grupos pueden lanzarse a entonar éxitos musicales irlandeses en sus nuevas sesiones de karaoke. En el distrito The Liberties se conservan varias destilerías que se pueden visitar. Teeling, por ejemplo, ofrece catas con maridaje de quesos, chocolate o puros. Pearse Lyons, ubicada en una iglesia, cuenta ahora con una destilería de ginebra. Y The Dublin Liberties  inauguró un nuevo centro de visitantes en 2019.

Dublín marítimo
El río Liffey desemboca en el Mar de Irlanda en la zona de los muelles, o Docklands, rebautizada Silicon Docks en referencia a las numerosas empresas digitales, como Facebook, que se han instalado allí. En este nuevo distrito financiero y de negocios de Dublín se conservan también majestuosos edificios históricos como el de la aduana (Custom House), muestra de la importancia del puerto de Dublín en el mundo marítimo.

Desde este puerto partieron millones de irlandeses en el siglo XIX en busca de una vida mejor, escapando de la Gran Hambruna provocada por una plaga que diezmó la cosecha de patata. Esta diáspora extendió mundialmente la cultura irlandesa y se estima que hoy en día 70 millones de personas en todo el mundo descienden de estos emigrantes.

El impacto de esta emigración masiva se explica en el museo EPIC, donde los grupos pueden escuchar historias personales en instalaciones interactivas, además de aprender sobre las tradiciones irlandesas. El museo ofrece espacios para eventos y actividades de teambuilding como aprender a tocar el bodhran, típico tambor irlandés, o bailar danzas tradicionales inmortalizadas en el espectáculo Riverdance.

Los Docklands contarán con el primer hotel urbano de la exclusiva marca Anantara del grupo Minor, gestionado por NH Hotel Group. Se trata de The Marker, único hotel de cinco estrellas en esta dinámica zona y en uno de los edificios más lujosos de la ciudad, que será remodelado. Ofrecerá 187 habitaciones, ocho salas de reuniones, spa y una terraza con vistas panorámicas de la bahía de Dublín.

Los programas de incentivo pueden incluir paseos en barco por la bahía, incluyendo la visita del puerto de Dún Laoghaire o de los pueblos pesqueros de Howth y Malahide, así como recorridos en kayak o paddle board.

Música y literatura
En los Docklands se puede visitar también los Windmill Lane Recording Studios, los famosos estudios de grabación por los que han pasado famosos artistas locales como U2, Sinéad O’Connor o The Cranberries, así como otros grandes nombres de la escena musical internacional. Aquí los grupos pueden seguir el ejemplo de sus ídolos musicales y grabar su propia canción.

Y es que la música es ineludible en una visita a Dublín. Emana por doquier de las numerosas tabernas, que a menudo ofrecen actuaciones en directo, y es frecuente encontrar músicos ambulantes. Incluso Bono, líder del grupo U2, se deja ver alguna vez actuando en el centro de la ciudad para recaudar fondos con fines benéficos.

Por eso no es de extrañar que una de las aperturas más esperadas sea la del Hard Rock Hotel Dublin, prevista para marzo de este año. Próximo a la zona de Temple Bar, famosa por sus tabernas, el nuevo hotel contará con 120 habitaciones en dos edificios unidos por una pasarela de cristal.

Además de músicos, Irlanda es cuna de escritores de fama universal como Oscar Wilde, Bram Stoker, Jonathan Swift o James Joyce, quien reflejó como nadie la vida en su
nativo Dublín. Literary Pub Crawl es un recorrido por los bares donde estos grandes literatos encontraron inspiración. El MoLI, nuevo Museo de la Literatura de Irlanda, fue inaugurado el pasado mes de septiembre y ofrece espacios para eventos.

Experiencias deportivas
A los irlandeses les apasiona el deporte, sobre todo el rugby. Los principales partidos y torneos se disputan en el Aviva Stadium, donde también se celebran los mayores conciertos y eventos multitudinarios.

También se puede visitar Croke Park, el tercer estadio más grande de Europa, sede de deportes autóctonos como el fútbol gaélico o el hurling, a caballo entre el hockey sobre hierba y el rugby.

Mar, montaña, historia, cultura, música y, sobre todo, diversión. La oferta de Dublín para grupos de incentivo incluye todo esto y mucho más. Llueve a menudo, pero la cálida bienvenida de los dublineses no dejará nunca que esto agüe la experiencia.

 

Mi Dublín

Christophe de Patoul
Director General de Irish Horizons

¿Por qué ir a Dublín?
Por la naturaleza, la situación privilegiada entre el mar y la montaña, su historia, cultura, música… y sobre todo su gente

Mi lugar favorito
El puerto de Dún Laoghaire, con sus barcos pesqueros y oferta de ocio, su arquitectura y las actividades que ofrece

Mi actividad favorita
Pasear por las plazas de arquitectura georgiana donde convive la historia con nuevas empresas creativas, generando un ambiente vibrante

Los grupos no se pueden ir de Dublín sin:
– Hacer amistad con un irlandés… ¡o irlandesa! Entablar conversación con la gente de aquí es lo que hará su experiencia única y maravillosa

 

Datos de interés

– Moneda: Euro (EUR)
– Huso horario: GMT
– Tipo de enchufe: Clavijas tipo G – Voltaje común 230 V
– Aeropuerto más cercano: Dublín (DUB)
– Más información:
DUBLIN CONVENTION BUREAU
Jenny O’Reilly
Ejecutiva de Corporativo e Incentivos
info@dublinconventionbureau.com
www.dublinconventionbureau.com

Culto a la diversión

“What’s the craic?” es una expresión típica irlandesa que se puede traducir como “¿Qué hay de nuevo?”, y que se usa para entablar conversación: el pasatiempo preferido de los nativos. Además, craic ha pasado a ser sinónimo de diversión y todo un símbolo del estilo de vida irlandés.

Puede ser algo muy personal, difícil de describir: es ese momento feliz compartido con amigos –o con desconocidos que pronto se convierten en amigos– de animada conversación, a menudo en una taberna con buen ambiente y buena música… y con una pinta de cerveza en la mano. Es tal vez la experiencia más auténticamente irlandesa para los grupos que visitan Dublín.

En busca del mejor craic, la mayoría acude a la céntrica zona de Temple Bar, famosa por la abundancia de tabernas y restaurantes que llenan de vida sus callejones adoquinados todo el año. Pero también en muchos otros pubs de la ciudad se puede disfrutar de música en directo, ya sea con artistas locales, bandas que versionan los éxitos del momento o un grupo de vecinos que improvisa música tradicional, cada uno con su propio bodhran, violín o flauta.

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