Por Cristina Cunchillos
UNA PUERTA ENTRE DOS MUNDOS
Bizancio, Constantinopla, Estambul… todos estos nombres para una misma ciudad resuenan como pocos en la historia mundial. Capital de cuatro imperios y cuna de varias civilizaciones, la mayor ciudad de Turquía ha sido siempre un punto de gran importancia estratégica: la puerta entre Oriente y Occidente.
El estrecho del Bósforo, que conecta el Mar de Mármara con el Mar Muerto, no solo divide a la ciudad, sino que separa dos continentes: Europa y Asia. Influencias de uno y otro lado se aprecian en la cultura, arquitectura y gastronomía de una ciudad dinámica y cosmopolita que cautiva a quien la visita, también durante un viaje de incentivo.
Su conectividad es excelente. Desde 2018, el nuevo Aeropuerto Internacional de Estambul sustituye como principal puerta de entrada al antiguo Aeropuerto Ataturk, cuyo futuro es, por ahora, incierto. La nueva plataforma será ampliada con más pistas y terminales hasta llegar a una capacidad de 200 millones de pasajeros anuales en 2027. La ciudad cuenta además con otro aeropuerto internacional: Sabiha Gokcen International Airport.
El Aeropuerto Internacional de Estambul ofrece conexiones directas a 146 destinos, incluyendo, entre otras, las rutas de Turkish Airlines a Bogotá, Buenos Aires, Ciudad de México y Sao Paulo, así como a cinco ciudades en España. Vueling lanzará vuelos directos desde Barcelona (España) en el mes de octubre, mientras que la low cost turca Pegasus conecta ya Madrid y Barcelona con el Sabiha Gokcen International
Airport.
Una extensa red de metro, trenes y tranvías, en expansión, permite moverse fácilmente por la ciudad, incluyendo la parte asiática.
La península histórica
El Cuerno de Oro, nombre dado al profundo estuario en forma de cimitarra situado del lado europeo, separa la península histórica de la ciudad más moderna. Aquí se encuentra el Estambul de postal, con sus coloridos bazares y su skyline de minaretes, destino protagonista de cualquier programa y escenario habitual de gincanas y búsquedas de tesoros.
Sus zonas históricas han sido reconocidas por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
En torno a la plaza de Sultanahmet, que ocupa el espacio del antiguo hipódromo bizantino, se encuentran los edificios más emblemáticos. En un extremo se alza majestuosa la Mezquita del Sultán Ahmed (conocida como Mezquita Azul por sus vistosos azulejos). El otro extremo de la plaza está dominado por el Palacio de Topkapi, que ejerció de residencia imperial otomana durante cuatro siglos.
Ambos son visita obligada, al igual que Santa Sofía (o Hagia Sophia), sin duda el monumento más icónico y el que mejor representa la mezcla de culturas que han construido el presente de Estambul. La antigua basílica cristiana del siglo VI fue posteriormente catedral ortodoxa, mezquita y museo. Todo se percibe a lo largo del recorrido.
Reinstaurada como mezquita en 2020, el acceso a su nave central, desde donde mejor se aprecia su enorme magnitud, está estrictamente restringido a la oración desde principios de este año. Las visitas turísticas se realizan por la galería superior, desde donde se admiran de cerca los maravillosos mosaicos bizantinos que decoran el interior de la cúpula. El itinerario se puede completar con la visita al nuevo Museo de
Historia de Santa Sofía.
Si el paseo por las calles de Estambul es fascinante, la visita subterránea no lo es menos. Se estima que bajo la ciudad existen más de 80 cisternas bizantinas, construidas para acumular el agua de lluvia y abastecer a los ciudadanos.
La mayor, y mejor preservada, es la Cisterna Yerebatan (también conocida como Cisterna Basílica), construida en la era del emperador Justiniano (siglo VI) y restaurada en 2023. Las pasarelas sobre el agua permiten pasear entre las 336 gigantescas columnas, delicadamente iluminadas, que soportan la cubierta de este espacio. Una sección se ofrece para un exclusivo cóctel con 350 invitados fuera del horario de apertura al público.
Otras cisternas han sido drenadas y se han convertido en venues. Es el caso de la Cisterna de Philoxenos. Su nombre en turco –Binbirdirek Sarnici– significa “la cisterna de las 1001 columnas”, aunque en realidad haya poco más de 200. Se puede celebrar un banquete con 800 invitados amenizado con un espectáculo de danza del vientre o los famosos derviches que giran sobre sí mismos.
The Sarnic es otra antigua cisterna bizantina que ha sido restaurada y convertida en un restaurante de ambiente intimista que se puede privatizar para 80 invitados, pudiendo programar espectáculos o sesiones de música con dj.
Pertenece a Curio Collection by Hilton, al igual que las 17 mansiones del siglo XVIII que se extienden por detrás de Santa Sofía. Forman el complejo Hagia Sofia Mansions Istanbul, Curio Collection by Hilton, que ofrece un total de 78 alojamientos de lujo en casas de madera típicas de la era otomana, de distintos colores y capacidades (de dos a doce habitaciones) y cada una con un nombre (y aroma) de flor diferente.
La privacidad y vistas de Santa Sofía compensan algunas limitaciones como la imposibilidad de instalar ascensor en edificios protegidos. Algunas de las mansiones cuentan con una pequeña sala de juntas, mientras que en los dos restaurantes con terraza del complejo –Sofia Garden Cafe y Green House Garden Restaurant– se organizan eventos privados.
Tradiciones turcas
La oferta hotelera en la península histórica se renueva constantemente. En marzo de este año la cadena Marriott inauguró su 33ª propiedad en la capital turca: Sanasaryan Han, a Luxury Collection Hotel, Istanbul, de 63 habitaciones. Ocupa el edificio neoclásico de oficinas de 1895 que el filántropo Migirdiç Sanasaryan utilizó para financiar su reconocida escuela de educación superior para niños armenios.
En la decoración abundan los guiños a su historia, con fotos en blanco y negro, libros antiguos y otros objetos originales. Aquí se celebran distintas tradiciones turcas, desde la ceremonia del té para recibir a los huéspedes, a la curiosa costumbre de verter agua tras ellos cuando se van para desearles que vuelvan pronto. También ofrece experiencias para grupos, como las visitas guiadas a comercios locales como Haci Bekir, legendario fabricante de delicias turcas establecido en 1777. Es posible organizar una degustación de dulces típicos.
También se programan visitas al mercado de pescado con el cocinero del hotel para elegir el producto fresco que cocinará para ellos.
La rica gastronomía turca, con influencias de Oriente y Occidente, suele aparecer de algún modo en los programas de team building, por ejemplo las clases de cocina. En el restaurante Deraliye, en grupos de 10 personas (hasta un máximo de 60) los participantes aprenden a preparar platos tradicionales de la cocina otomana, a menudo ricos en especias y hierbas aromáticas. Tras la actividad se hace un banquete tematizado en el mismo restaurante.
Los circuitos gastronómicos son otra opción habitual. Durante un recorrido por la ciudad con visitas a bazares y diferentes restaurantes, los grupos prueban platos típicos como el simit (pan circular cubierto de sésamo), un bocadillo de pescado en el barrio de Eminonu o un kebab en Karakoy, finalizando con almibarados dulces y el tradicional café turco.
Otra tradición que no puede faltar en un viaje de incentivo es el baño turco o hammam, que se ofrece en hoteles y establecimientos históricos. Zeyrek Çinili Hamam abrió sus puertas en abril tras la restauración de sus instalaciones del siglo XVI. Además de disfrutar del ritual del baño, los grupos pueden aprender más sobre esta tradición en el museo adjunto. La sala fría es un elegante vestíbulo de mármol que se puede reservar para una recepción con 70 invitados. La terraza puede acoger hasta 350 personas de pie.
Estambul moderna
Desde el Puente de Gálata, uno de los que cruzan el Cuerno de Oro, cientos de pescadores locales apuntan al agua con sus cañas desde primeras horas del día, ofreciendo una de las estampas más típicas y pintorescas de la ciudad.
Al otro lado del estuario se extiende la Estambul más moderna. El barrio de Beyoglu, en torno a la recientemente restaurada Torre de Gálata, se convirtió en uno de los más opulentos en el siglo XIX, como atestigua su elegante arquitectura.
La calle Istiklal, peatonal, es su principal arteria comercial y sede de numerosos restaurantes y cafés. La recorre uno de los tranvías rojos antiguos rescatado para el turismo, que se puede privatizar. Lleva a los grupos hasta la Plaza Taksim, centro neurálgico de la ciudad.
Aquí se encuentra The Marmara Taksim, establecimiento de cinco estrellas del grupo The Marmara Hotels. Desde sus 388 habitaciones, así como desde el Club Lounge y el restaurante y bar en la planta 20, se disfruta de las amplias vistas a la ciudad, el Cuerno de Oro y el Bósforo.
El hotel cuenta con diferentes espacios para operaciones MICE, con capacidad hasta 750 personas en cóctel.
Otra torre destacada en el horizonte es la del hotel de cinco estrellas The Ritz-Carlton, Istanbul, del grupo Marriott. Tiene 239 habitaciones con decoración basada en los típicos azulejos turcos blanquiazules. Desde algunas habitaciones casi se pueden seguir los partidos de fútbol del equipo local, el Besiktas, que se juegan en el vecino estadio. Su oferta gastronómica incluye el restaurante Nobu Istanbul, y cuenta con más de 2.000 ㎡ de espacio para eventos, incluyendo la terraza The Roof con vistas panorámicas.
En la ciudad moderna se concentra la oferta de ocio nocturno, con abundantes restaurantes y sofisticados bares en azoteas. Uno de los restaurantes más reconocidos, Topaz, ofrece alta cocina con espectaculares vistas al Bósforo y bar con dj. Se privatiza para grupos de hasta 150 personas.
¿Por qué ir a Estambul?
Porque es una de las ciudades más fascinantes del mundo, entre Oriente y Occidente, con una rica historia y una dinámica moderna. La mezcla genera contrastes a veces muy sorprendentes y un ambiente extraordinario.
Mi lugar favorito
Me encanta la zona de Gálata. El barrio ofrece una fascinante mezcla de historia y cultura. Junto a magníficos edificios históricos se encuentran iglesias católicas,
ortodoxas, sinagogas… Además, es un barrio muy animado.
Mi actividad favorita
Pasear por las calles, volver a los barrios una y otra vez, porque siempre se descubren nuevos lugares y cosas interesantes.
Los grupos no se pueden ir de Estambul sin
- Visitar el Palacio de Topkapi.
- Probar platos típicos como un kebab o una comida de pescado a orillas del Bósforo.
- Terminar el día con un crucero por el Bósforo disfrutando de la puesta del sol.
Datos de interés
Moneda
Lira turca (TRY)
Huso horario
GMT +3
Tipo de enchufe
Clavija tipo C/F
Voltaje común 220V
Aeropuertos más cercanos
Aeropuerto Internacional de Estambul (IST)
Aeropuerto Internacional Sabiha Gökçen (SAW)
Más información
Istanbul Convention & Visitors Bureau, Cemil Hakan Kılıç, Director
+90 212 522 55 55, istanbul@icvb.org
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