- Corinthia Lisbon
- Azotea de hotel Mama Shelter
- SUD Lisboa
- Fábrica XL
- Azotea del Hyatt Regency Lisbon
- Convent Square Lisbon
Por Eva López Álvarez
ANTIGÜEDAD Y FRESCURA
Es un hecho que los precios han subido en Lisboa con respecto a hace diez años. Sin embargo, los proveedores locales argumentan que la calidad compensa el incremento gracias a una oferta similar, y en algunos casos mucho mejor, que la de otras capitales europeas.
Y es que antes de la pandemia Lisboa era un destino con tarifas tan por debajo de la media del mercado MICE europeo que resultaban sorprendentes. Hoy en día, el destino ya no ofrece ese tipo de sorpresas, pero intenta compensarlo con calidad y variedad.
La enorme cantidad de proyectos de renovación del parque inmobiliario nacidos durante el confinamiento, muchos de ellos vinculados al sector hotelero, están detrás del aumento de unos precios que buscan rentabilizar cuanto antes las inversiones. También es el motivo de la gran cantidad de establecimientos de pequeño tamaño que nacen en barrios emblemáticos como Alfama o Belém, y que están sirviendo de revulsivo para otros distritos como Alcántara, llamado a ser a corto plazo otro de los focos turísticos de Lisboa por su cercanía a la Plaza de Comercio.
Nuevos hoteles
Los desniveles, los bonitos azulejos y ese aire nostálgico que la ciudad desprende en cada esquina de su casco antiguo se mantienen inmutables. Los nuevos hoteles que se están inaugurando se inspiran en esa esencia. Es el caso del ME Lisbon, que acaba de abrir sus puertas muy cerca de la icónica plaza Marqués de Pombal, centro financiero y comercial, y próximo a la parte histórica de la ciudad.
Con 213 habitaciones, ejemplifica la tendencia de los hoteles lisboetas a transmitir el carácter fresco que define al destino sin abandonar algunos de sus referentes, perfectamente reconocibles. El Attiko Rooftop Bar busca ser un punto de encuentro entre los habitantes de Lisboa y sus visitantes, mientras admiran las vistas panorámicas.
Once salas están disponibles para sesiones profesionales con capacidad para 280 delegados en teatro.
Lisboa acapara buena parte de los cerca de 200 hoteles que se prevé abrirán sus puertas en Portugal en los próximos años. Entre los más esperados se encuentra el Dom Pedro Lisboa (antiguo Dom Pedro Palace) cuya reinauguración tras una completa renovación está prevista para este mes de junio. Buena parte de sus 263 habitaciones contarán con amplias vistas al estuario del Tajo y la Baixa Pombalina. Para sesiones profesionales, se ofrecerán 16 salas y aforo de 132 personas en teatro en la mayor.
En esta zona del llamado Bairro Alto, en torno a la plaza Marqués de Pombal, el hotel Mamá Shelter abrió sus puertas en enero de 2022. Se ha ido haciendo un hueco en el mercado de los viajes de incentivo gracias a la originalidad y frescura de su ambiente. Acaba de dotarse de un nuevo espacio para sesiones de trabajo: el Atelier, de 100 m2 y con vistas, con capacidad para 80 personas sentadas. Se encuentra debajo de la azotea, que no cuenta con cubierta.
Al otro lado de la calle, el hotel tiene otra pequeña sala para sesiones de trabajo que puede albergar hasta 30 personas. La categoría más pequeña de las 126 habitaciones tiene 15 m2.
El restaurante, de marcada personalidad, se ofrece como otro de los espacios para eventos en la ciudad –sin necesidad de reservar habitaciones– y cuenta con 180 cubiertos y un salón privado, este último para cócteles en grupos reducidos bajo el cielo lisboeta.
El espacio más clásico de la zona es el Pabellón Carlos Lopes, erigido para representar a las industrias portuguesas en la Exposición Internacional del Centenario de la Independencia que tuvo lugar en Río de Janeiro (Brasil) en 1922. En 1930 fue trasladado a Lisboa.
Rehabilitado en 2017, se trata de un edificio simétrico con dos salas, cada una precedida de un vestíbulo con capacidad para 300 personas en cóctel. En la llamada Sala Noble –la otra sala alberga una exposición– se organizan banquetes para 200 comensales. El espacio más amplio suele albergar ferias y congresos de hasta 1.500 delegados. También se pueden organizar eventos en el espacio exterior, con vistas al parque Eduardo VII.
Norte de Lisboa
Sagres Campo Pequeno, en el norte de Lisboa, es uno de los espacios más singulares del destino. Nació hace 132 años como plaza de toros y hoy es un edificio multiusos renovado en el año 2000. En el foso se organizan cenas de gala para 1100 comensales. Utilizando las gradas, siendo posible lograr una oscuridad total, es posible recibir hasta 9000 asistentes en un congreso. La plaza exterior se puede utilizar durante la operación y el recinto cuenta con un centro comercial subterráneo.
Otra referencia en materia de hotelería de Lisboa es el Corinthia Lisbon, el mayor hotel de cinco estrellas de la ciudad, con 517 habitaciones y tres restaurantes. El que se utiliza para desayunos, con 110 cubiertos, cuenta con una terraza. El hotel dispone de tres entradas y una de ellas conduce al área de los otros dos restaurantes, precedida por jardines. La tercera da acceso al espacio de conferencias, que se ubica en un piso dedicado con gran vestíbulo y 16 salas, la mayoría con luz natural. La mayor capacidad es de 700 personas en formato teatro. El Sky Lounge, en el piso 24, con amplísimas vistas de la ciudad, sirve de salón privado y también se ofrece para eventos. La renovación de los espacios culminó el año pasado.
Belém
Pocos destinos ofrecen un antiguo palacio real, que hoy alberga las cenas de gala con mandatarios internacionales recibidos por el presidente de la República Portuguesa, como sede para eventos de empresa. Es el caso del Palacio Nacional de Ajuda, antigua residencia de estilo neoclásico utilizada por la familia real portuguesa en el siglo XIX. La visita guiada de las estancias, dotadas de una amplia colección de artes decorativas, suele preceder a la llegada a la magnífica sala llamada El Gran Comedor, con capacidad para 120 invitados.
Otro gran clásico, gestionado por la misma entidad que el Palacio de los Jerónimos, y con muchas limitaciones en cuanto a las operaciones que se pueden organizar en su interior, es la Torre de Belém. El icono lisboeta reemplazó en el siglo XVI al barco que servía para proteger la entrada al estuario sobre el que se ubica la capital portuguesa. A lo largo de su historia ejerció de fortaleza, punto de partida de las expediciones marítimas, prisión, faro y aduana. El interior de estilo gótico y la terraza con vistas al Tajo han llegado a albergar cócteles.
SUD Lisboa es el primer espacio para eventos MICE que ofrece el grupo SANA fuera de sus hoteles. Desde 2017 ofrece magníficas vistas del estuario en sus diferentes espacios. En el del piso inferior, dotado de grandes ventanales de cristal, pueden asistir a un banquete 500 invitados. Las luces de la sala se pueden ajustar para adaptarse a la identidad de la velada. La terraza exterior se cubre en caso de lluvia.
El nivel superior se ofrece completamente descubierto en días de buen tiempo –con posibilidad de cierre– y puede albergar hasta 130 participantes sentados. Cuenta con acceso propio. Los grupos pueden llegar navegando por el estuario y desembarcar directamente en el recinto. El restaurante anexo, comunicado por una pasarela, cuenta con 80 cubiertos.
Nuevos focos turísticos
El barrio de Alcántara, entre Belém y el casco histórico, atrae cada vez más inversiones y cuenta con varios lugares de interés. El Alcantara Café, ubicado en una antigua fábrica textil reconvertida en restaurante en la década de los 90 del siglo pasado, es en la actualidad un espacio que se ofrece en exclusiva para eventos, gestionado por el Grupo Penhalonga. Es posible dividir el interior y crear dos ambientes para un cóctel seguido de cena con 80 invitados.
LX Factory es uno de los espacios más de moda actualmente. Pasó de ser un antiguo proyecto urbanístico a un lugar ocupado por artistas, para convertirse en la actualidad en un espacio de ocio que alberga restaurantes y tiendas, con una combinación omnipresente de lo decrépito y lo vanguardista.
Fábrica XL es un hangar donde se organizan fiestas con hasta 2.000 participantes. El espacio anexo, denominado Fabrica L, tiene capacidad para 900 personas en cóctel. Este segundo espacio cuenta con un altillo con terraza exterior donde se pueden organizar sesiones de pie para un máximo de 280 personas, siempre en un entorno industrial que ejemplifica la reconversión que están sufriendo algunas zonas de la ciudad.
El hotel Hyatt Regency Lisbon se encuentra a 15 minutos a pie y marcó el debut de la marca Hyatt en Portugal en el año 2022. Se presenta como un complejo urbano junto al Tajo, aunque la autopista que rodea Lisboa y la vía del tren lo separan de su orilla.
Cuenta con 204 habitaciones de categoría cinco estrellas, todas con balcón. La azotea del quinto piso, con acceso a través del restaurante, se ofrece para eventos con vistas al río y el puente 25 de Abril. Para sesiones profesionales, el hotel cuenta con dos salas, la mayor de las cuales tiene luz natural y un aforo de 120 personas. La capacidad máxima que se puede conseguir es de 150 delegados en teatro.
El hotel cuenta con cuatro puntos más de restauración, un gran spa con nueve cabinas de masaje y un espacio privado para grupos de hasta 15 personas con sauna, baño turco y jacuzzi.
Junto al hotel se encuentra el Centro de Congressos de Lisboa (CCL), que alberga cinco pabellones, ocho auditorios, seis foyers, 34 salas de reunión y un restaurante con capacidad para 400 comensales. El mayor de los auditorios cuenta con 1.500 butacas.
Centro histórico
El grupo IHG cuenta, desde agosto de 2023, con el Convent Square Lisbon Hotel Vignette Collection, un hotel boutique en el barrio de Baixa que ocupa lo que fue un monasterio del siglo XIII, adyacente a la curiosa iglesia de Santo Domingo. Este templo es un ejemplo claro del azaroso pasado que da forma a la fisonomía de la capital portuguesa.
Tiene 117 habitaciones y una sala completamente equipada para sesiones de hasta 40 participantes. El antiguo claustro, al que se asoman las habitaciones, es un bonito patio que se utiliza para cócteles.
El Vecino Hotel Mundial, con 65 años de historia y propiedad de PHC (Portuguese Hospitality Collection), que cuenta con un total de cuatro establecimientos en la capital portuguesa, está siendo renovado. El proyecto finalizará en 2027 y ya se percibe un cambio radical en el vestíbulo, que será duplicado para ofrecer dos entradas independientes.
Esta nueva entrada dará acceso a los espacios de reunión, compuestos por ocho salas y capacidad para 120 delegados en la más grande. El hotel contará con 315 habitaciones, de las cuales cabe destacar el tamaño de las más pequeñas, a partir de 24 m2. Además, se mantendrá como parte de la oferta gastronómica el emblemático restaurante panorámico Varanda de Lisboa, con 80 cubiertos y vistas de la ciudad en 360°. La azotea de la planta superior, a la que solo se puede acceder por escaleras, se utiliza para cócteles de hasta 200 invitados. Un espacio cubierto anexo se reserva para presentaciones de hasta 150 participantes. Esta área cuenta con una entreplanta al aire libre para fiestas con 60 invitados.
Eurostars Lisboa Baixa, que homenajea en su decoración a los típicos azulejos y mosaicos lisboetas, abrió sus puertas a principios de 2023. Con 57 habitaciones, este hotel es muy utilizado por los grupos de incentivo gracias a su céntrica ubicación, muy cerca de la Plaza de Comercio y el ascensor de Santa Justa.
En la misma Plaza de Comercio, los grupos –de hasta cien personas– pueden descubrir los vinos portugueses durante una sesión de cata y degustación en The Wines of Portugal Tasting Room.
También en la misma Plaza de Comercio, el Patio da Galé, bajo la misma gestión que el Pabellón Carlos Lópes y el Convento do Beato, ocupa parte de lo que fue el palacio real durante el periodo de Manuel I. Fue destruido en 1755. Desde hace 15 años se ofrece como espacio y cuenta con dos salas. El primer patio, de 500 m2, cuenta con una cubierta que se puede retirar, así como con un sistema de black out si la sesión lo requiere. Una segunda sala columnada tiene una entrada independiente. Utilizando todo el Patio de Galé, se organizan cócteles con hasta 1.800 invitados.
Para programas de team building en torno a la gastronomía, el cercano Time Out Market alberga los puestos donde adquirir los ingredientes que sirvan de base para las recetas elaboradas en grupos, de entre 15 y 100 personas, en las aulas dedicadas.
Venues históricos
Lisboa es una ciudad llena de historia y el abanico de venues de carácter singular que ofrece es clara prueba de ello. El Castillo de San Jorge, en lo alto de los barrios más antiguos, y al que los grupos pueden llegar en tranvías privatizados para la ocasión, o el Convento do Beato, en otra zona que está siendo reconvertida, situada entre el centro histórico y el Parque de las Naciones, son solo algunos ejemplos.
En la Plaza de Armas del Castillo de San Jorge se organizan banquetes para 1.250 comensales coronando la ciudad. En la Sala Ogival –interior– una cena de gala puede contar 150 invitados.
El Convento do Beato es un secreto dentro del barrio que lo alberga. Su historia ya es una muestra de lo curioso del lugar, que pasó de ser un recinto monástico a una fábrica, lo que llevó a instalar chimeneas en la misma iglesia. En 1989 comenzó su vida como espacio para eventos y fue sometido a una renovación en 2022. Actualmente cuenta con ocho espacios diferentes, cada uno con marcada personalidad, siendo el antiguo claustro la joya de la corona. Puede acoger hasta 1000 invitados a un banquete.
En esta parte de la ciudad, Ah Amália es una experiencia inmersiva para grupos de hasta 100 personas. Combina tecnología y música y permite descubrir la personalidad, y sobre todo las dotes como cantante de fado, de Amália Rodrigues, conocida por muchos como “la voz de Portugal”.
Con una hora de duración, la visita –se ofrece en inglés y portugués– incluye un espacio de realidad virtual y una actuación musical en el teatro dedicado con hologramas. Se pueden utilizar las instalaciones con otro propósito.
A este lado, Lisboa culmina en el Parque de las Naciones, herencia de la Exposición Universal de 1998. Varios pabellones e infraestructuras se ofrecen hoy como museos y espacios para eventos. Un teleférico recorre desde las alturas lo que fue el recinto que ha dado lugar a un distrito de corte futurista.
Triángulo de los incentivos
Lisboa no solo se ha consolidado en lo más alto del ranking de destinos para la celebración de grandes congresos, convenciones y eventos empresariales. Su posicionamiento en el segmento de los viajes de incentivo es indiscutible y son varios los hoteles que afirman recibir una demanda importante de este nicho sin ni siquiera buscarla. El motivo es la variedad de propuestas y el encanto de una ciudad que, si bien ha cambiado mucho en los últimos años, mantiene intacta su esencia.
Hay clásicos que no faltan en los programas de recompensa. Una de las experiencias más valoradas es el recorrido en tranvía hacia el lugar del evento, elegido en función de la red ferroviaria existente. Por eso, el Castillo de San Jorge suele ser la meta de muchos de estos trayectos, con veinte invitados por vagón y una cantante de fado que ameniza la vivencia, mientras los participantes degustan la ginjinha, el famoso licor de cereza local.
Cascaes, en la costa atlántica, y Sintra, en la sierra del mismo nombre, conforman junto a Lisboa el llamado “triángulo de los incentivos”. Ambas localidades se encuentran a 30 minutos por carretera de la capital. Según los habitantes de la zona, para conocer realmente Lisboa es necesario visitar Sintra. La historia ha ligado sus destinos de la mano de la extinta monarquía portuguesa.
En el centro de Sintra se encuentra el Palacio Nacional, fácilmente reconocible por sus dos torres gemelas y apuntadas. Las recepciones más exclusivas se organizan en las salas decoradas con una interesante mezcla de arte cristiano y musulmán. En total, tres salas pueden acoger banquetes para entre 80 y 200 personas.
Dominando Sintra se encuentra el icono más reciente y también más emblemático: el Palacio de Pena. Desde allí, cuando la bruma no oculta las vistas, se disfruta de una panorámica de la costa atlántica y el río Tajo. Vale la pena ascender caminando a través de la vegetación que precede a las ruinas del antiguo castillo de los Mauros. Construido hace dos siglos para los últimos miembros en activo de la realeza portuguesa, el Palacio de Pena es considerado el primer y mejor ejemplo palatino de estilo romántico en Europa. De color amarillo y rojo, integra muchos estilos arquitectónicos, incluido el manuelino o gótico portugués.
El salón noble puede acoger cócteles para grupos de hasta 80 invitados. Para cupos más grandes se ofrece la Sala dos Arcos, donde se organizan cenas de gala con 200 comensales.
Los lisboetas también dicen que, para sentirse como un local, hay que vivir la costa en Cascaes. Mientras la capital parece refugiarse del océano en la desembocadura del Tajo, a 30 kilómetros Cascaes se abre a la inmensidad del Atlántico. El traslado de los grupos se puede realizar en speed boats por el estuario con la empresa Lisbon, by WaterX. También cuenta con catamaranes para cócteles al atardecer.
Las ciudades balnearias de Cascaes y Estoril atrajeron durante siglos a la nobleza portuguesa y europea y cada una cuenta con puerto deportivo. Las playas de Guincho, famosas por sus olas y su viento, son sede de cursos de iniciación al surf, windsurf o kitesurf.
Si bien a un precio más alto, Lisboa ofrece vanguardia, frescura, clasicismo, nostalgia… en una interesante mezcla en la que nunca faltan la hospitalidad y calidez portuguesas.
TEAM BUILDING LISBOA
Pasteles de nata: Los dulces más típicos de Bélem pueden ser la obra de los participantes en un programa de team building culinario. Varias pastelerías ofrecen talleres y degustación en sesiones de entre dos y tres horas de duración.
Lisboa romana: Bajo los suelos de Lisboa se esconden tesoros de la época romana que se pueden visualizar a través del teléfono móvil, en un recorrido localizando los códigos QR que informan de hasta 300 sitios arqueológicos.
Cocina local: Time Out Market es el antiguo Mercado da Ribeira, a orillas del Tajo y en el centro histórico. Aún cuenta con área de abastos donde conseguir los ingredientes que se cocinan en las aulas dedicadas a la cocina en grupo.
Surcando el Tajo: Paddle surf, kayak, regatas… son varios los deportes acuáticos que se pueden practicar en el mismo estuario sobre el que se ubica la ciudad de Lisboa. Lisbon, by WaterX organiza salidas en catamarán al atardecer.
TRADICIONES DE LA TIERRA
La producción de los azulejos comenzó en Lisboa en la segunda mitad del siglo XVI y hoy no solo decoran multitud de edificios, patios e interiores, sino que son indisociables de la identidad portuguesa. De la mano de la elaboración de azulejos se fue desarrollando una fabricación artesanal de objetos de uso diario que actualmente está viviendo una nueva juventud a través de los talleres de cerámica que salpican la ciudad.
Por eso, la cerámica portuguesa no solo es uno de los souvenirs más típicos de Lisboa, también puede ser el eje temático de una actividad de team building que cada vez tiene más éxito. Las opciones van mucho más allá de la clásica propuesta consistente en pintar azulejos previamente cocidos.
En talleres como Estúdio Torto, grupos de hasta diez personas pueden extraer de la arcilla piezas que después recibirán en su oficina como recuerdo de su estancia en la ciudad. En sesiones de dos horas, pueden elaborar obras que ellos mismos moldean y esmaltan en torno a temáticas relacionadas con la empresa organizadora o la imaginación de cada participante.