MELBOURNE (AUSTRALIA)

La segunda ciudad de Australia es la más europea de esta isla-continente que sorprende con su naturaleza y sus contrastes. La capacidad de acogida define la historia de un destino que cuenta con interesantes propuestas para programas de incentivo de los que dejan huellas imborrables en la memoria.
8 de mayo de 2025

Por Eva López Álvarez

HORIZONTES LEJANOS

A los locales les gusta comparar Melbourne y Sídney. La primera es la más europea de las ciudades australianas. La segunda cuenta con la bahía más fotogénica del mundo. Atractivos no le faltan a ninguna, pero si algo diferencia a Melbourne, y muchos foráneos parecen coincidir con los lugareños, es la vibe, las vibraciones, la esencia… que desprende una urbe impecable en la que se mezclan numerosos estilos, tanto humanos como arquitectónicos.

Además, Melbourne es la capital del estado de Victoria, famoso por sus espacios naturales. Esto se traslada a la propia ciudad, que cuenta con amplios parques y jardines.

Ya en 1956 el destino demostró su capacidad para acoger grandes eventos de la mano de los Juegos Olímpicos. Actualmente, el posicionamiento de Melbourne como destino MICE y de congresos es un hecho, las cifras de los últimos años lo certifican. Igual que las previsiones para los próximos años.

La amplia oferta hotelera y las novedades que se esperan vinculadas al lujo van en la línea de una realidad próspera, que también incluye la ampliación del aeropuerto internacional de la ciudad y con una conectividad en aumento.

Historia tangible

Si bien la de Australia no es una historia muy antigua, tiene todos los elementos para que sea apasionante. Tras las primeras incursiones holandesas, que terminaron con un desinterés claro por un territorio considerado demasiado lejano y hostil, el imperio británico decidió hacer de la isla-continente una colonia penitenciaria. En ella solo habitaban las distintas poblaciones indígenas, los convictos expulsados del Reino Unido y la comunidad, principalmente de origen europeo, relacionada con la gestión de las prisiones.

En 1850, la fiebre del oro provocó la llegada de otro tipo de migración que fue poniendo las bases de lo que es la Australia actual: un país demográficamente muy diverso y repleto de influencias de todo el mundo.

El río Yarra y la estación Flinders ejercen de una suerte de frontera entre el Melbourne moderno y el histórico. Este último alberga interesantes edificios de estilos art nouveau y neogóticos construidos gracias a la riqueza generada por el oro, principalmente entre Collins Street y Elizabeth Street, unidas por la emblemática galería comercial Block Arcade. Data de 1892 y mantiene, entre otros establecimientos emblemáticos, el salón de té más antiguo de Australia.

Collins Street es el equivalente a los Campos Elíseos parisinos y aquí se encuentran los hoteles de más abolengo. Sofitel Melbourne On Collins, con 363 habitaciones y suites, cuenta con doce espacios para eventos entre los que destaca el Grand Ballroom sin columnas y capacidad para 828 invitados en un banquete, con posibilidad de dividir el espacio.

El vecino The Hotel Windsor es claro ejemplo del llamado boom que siguió a la fiebre del oro y un homenaje al clasicismo victoriano. Situado frente al Parlamento del estado, abrió sus puertas en 1883 y cuenta con 180 habitaciones.

De sus cuatro salones para eventos, el mayor –con capacidad para 200 personas en cóctel– ha albergado algunas de las recepciones más exclusivas. Es casi tan emblemático como el Cricketers’ Bar, espacio de reunión de la élite local y que puede ser privatizado para un grupo en incentivo.

El Town Hall –ayuntamiento– es uno de los venues del Melbourne más clásico. Las vidrieras y candelabros originales decoran los eventos en este espacio de finales del siglo XIX. El vestíbulo principal se utiliza para banquetes de hasta 720 comensales. Otros cinco espacios se ofrecen para cupos más pequeños. Entre ellos destaca la sala con terraza del piso superior –tercer piso– para cócteles con 120 invitados y vistas a Collins Street y los edificios circundantes. Se puede utilizar únicamente la parte exterior cubierta.

El mismo arquitecto firmó el proyecto de la imponente y vecina State Library Victoria, o biblioteca principal del estado, que también cuenta con trece espacios fruto de una profunda restauración. La mayor capacidad en banquete es de 290 personas. Es el aforo de The Ian Potter Queen’s Hall, con columnas y sala icónica del edificio.

Farmer’s Daughters es uno de los lugares de moda para la degustación de productos de kilómetro cero. Cuenta con una terraza –sin vistas– para cócteles de hasta 40 personas en la azotea cubierta del segundo piso.

En el centro histórico de Melbourne el tranvía es gratuito para los visitantes. No obstante, es una ciudad que se presta al paseo. La distancia es corta entre los jardines del Parlamento y Federation Square (conocida por los locales comno Fed), corazón de la ciudad y sede de varios museos que se ofrecen como venues.

Entre ellos, el más famoso es la Galería Nacional de Victoria, el museo más antiguo –inaugurado en 1861–, y visitado de la ciudad. Se divide en dos recintos: el NGV Australia o Centro Ian Potter, ubicado en la misma plaza, exhibe arte indígena y del período colonial hasta la época contemporánea. Al otro lado del río, el NGV International conserva arte europeo, americano, asiático y oceánico. Entre los espacios interiores destaca The Great Hall, coronado por la magnífica vidriera del artista australiano Leonard French. Puede albergar 600 invitados en banquete.

La propia plaza es un espacio que alberga numerosos eventos con vistas al río Yatra, que ejerce de espina dorsal de una ciudad en la que conviven, a pocos metros de distancia, el refinamiento de Collins Street con la esencia de la primera población extranjera en Chinatown, el ambiente estudiantil en torno a la Biblioteca Nacional y los amantes del ocio nocturno que frecuentan lugares como Princess Theatre.

De camino a los Docklands, otro museo icónico se ofrece como espacio para eventos tras una visita guiada: el Museo de la Inmigración. Ofrece un recorrido por la historia de un país nacido con una población indígena que la llegada de flujos migratorios no supo integrar. Sigue siendo una asignatura pendiente.

Docklands

Los proyectos urbanísticos más exclusivos se están desarrollando en las orillas del Yatra, en el llamado Distrito de los Muelles (Docklands), junto al Melbourne Convention Center (MCB). Fue uno de los primeros centros de convenciones en ser reconocido a nivel mundial por sus iniciativas sostenibles.

Uno de los hoteles más esperados del destino y que se acaba de inaugurar es fruto de esa expansión inmobiliaria junto al río: 1 Hotel Melbourne nace de una clara apuesta por la sostenibilidad a través de los materiales naturales y numerosos elementos reutilizados presentes en la construcción y decoración. La piedra, el cemento visto y la madera definen, junto a la gran cantidad de plantas, la atmósfera de este establecimiento de 277 habitaciones hasta el piso 10. También cuenta con spa, gimnasio y piscina.

La dirección presume de detalles como los grifos con filtro para el agua, los recordatorios para evitar el uso excesivo de agua caliente en la ducha o los sistemas de reciclaje en la cocina. Cuenta con cuatro salas de reuniones para sesiones de hasta 180 delegados y un ballroom con luz natural –con posibilidad de black out y divisible en dos– para cenas de gala con 650 comensales.

AC Hotel Melbourne Southbank abrió sus puertas en 2022 albergando 200 habitaciones y cinco suites. El piso 6 está completamente dedicado a sesiones profesionales y cenas de gala, pudiendo acoger hasta 400 personas en cóctel en el mayor de los cinco espacios disponibles. En el salón VIP del piso 40, con vistas panorámicas de Melbourne, hasta 80 invitados pueden disfrutar de las luces al atardecer durante un evento de pie.

En esta parte de la ciudad se encuentra uno de los espacios de compras más famosos de Australia: DFO (Direct Factory Outlet), un centro comercial con descuentos en las principales marcas, muy frecuentado por los delegados del MCB. Forman parte del mismo recinto.

Aerial es otro de los venues con vistas panorámicas en esta zona de la ciudad: con vistas en 180º del skyline de Melbourne y el río Yarra, puede acoger cócteles de hasta 900 asistentes.

Los cruceros por el río no suelen faltar en los programas. Con distintas duraciones y formatos, los más llamativos tienen lugar al atardecer, cuando despiertan los juegos de luces de colores que decoran las riberas y los puentes.

Espacios naturales

Los paseos en globo se han convertido en una de las actividades más solicitadas para grupos de incentivo y no solo en los viñedos cercanos a Melbourne, también sobre la ciudad. Son un buen modo de descubrir la cantidad de espacios verdes que alberga un destino que también cuenta con mar, si bien los espacios para el baño están limitados por numerosas restricciones, principalmente relacionadas con las fuertes corrientes.

El principal espacio verde de la ciudad, sede de numerosos programas de team building, es Royal Botanic Gardens Victoria, el jardín botánico inaugurado en 1856 que alberga 50.000 especies vegetales de todo el mundo. Se pueden organizar diferentes visitas guiadas. Una de las opciones incluye una explicación sobre la dura historia de los pueblos indígenas australianos con una breve exhibición de los instrumentos y prácticas más ancestrales.

Dentro del recinto, Gardens House es uno de los espacios que se ofrece para eventos privados. Se trata de una mansión construida en el momento de la creación del jardín botánico en la que se ofrecen siete áreas diferentes, teniendo la mayor capacidad para 200 personas en banquete.

Gestionado por la misma empresa, Port Melbourne Yacht Club es un espacio junto al océano en el que las olas decoran cualquier operación. En la sala interior acristalada se pueden sentar 250 personas. Tiene acceso directo a la terraza que se encuentra sobre las aguas.

Con la población marina de fondo, SEA LIFE Melbourne Aquarium también ofrece sus espacios como fondo para cócteles de hasta 1.600 invitados. En la sala Coral Atoll se organizan presentaciones para 120 personas en formato teatro y es lo más cerca que se puede estar de divisar la Gran Barrera de Coral australiana sin viajar a Cairns. El gran tanque de agua que ejerce de fondo alberga algunas de las especies más llamativas.

La sociedad Zoos Victoria gestiona varios espacios en el estado, entre ellos el Zoo de Melbourne. En programas de incentivo sin tiempo para salir de la ciudad, la visita permite observar algunas de las especies animales endémicas del país.

Región de viñedos

A una hora por carretera de Melbourne, la excursión a la región vinícola de Yarra Valley es uno de los clásicos. Son múltiples las bodegas que ofrecen sus espacios a la visita y degustación.

Entre las más famosas se encuentra Balgownie Estate, dotada del Balgownie Estate Yarra Valley Hotel, que cuenta con 70 habitaciones y es muy utilizado para incentivos por lo icónico de su emplazamiento, rodeado de viñedos. La degustación de algunos de sus vinos, así como la visita de las bodegas, pueden formar parte de alguno de los programas de team building propuestos por el mismo hotel.

Para sesiones de trabajo cuenta con un espacio panelable con capacidad máxima para 120 personas, con vistas al paisaje circundante a través de las cristaleras que ejercen de pared. Completan la oferta de espacios otro salón para 18 personas en mesa imperial y la biblioteca, para encuentros más íntimos de hasta diez personas.

En el Restaurant 1309, dos espacios privados, uno de ellos también acristalado, se ofrece para comidas y degustaciones en formato cóctel con un máximo de 35 participantes. Los espacios exteriores y jardines se utilizan para eventos de hasta 60 invitados. Los cupos no son muy grandes en un establecimiento que presume de exclusividad. La salida para sobrevolar los viñedos en globo es la actividad más singular entre las ofrecidas por este oasis de lujo en su versión australiana,

También en Yarra Valley, el llamado Santuario de Healesville es otro de los parques zoológicos gestionado por Zoos Victoria y está especializado en la fauna local. Alberga especies emblemáticas de Australia como el ornitorrinco, el equidna, el canguro rojo, endémico de la región Melbourne y famoso por ser el más grande del mundo, o su pariente, el canguro arborícola.

El espectáculo con aves locales forma parte de los atractivos que han dado fama al lugar y puede formar parte de una agenda priveda dentro del recinto.

Dandenong Ranges

Otra de las excursiones clásicas desde Melbourne es la que conduce al Parque Nacional Dandenong Ranges, una zona de selva tropical húmeda que sorprende por la altura de sus eucaliptos y el tamaño de los helechos. Sherbrooke Forest es una porción de bosque que cuenta con varios senderos para adentrarse en la selva sin dificultad.

Esta zona montañosa cercana a la costa cuenta con un producto turístico muy utilizado en incentivos, el Puffing Billy, un tren centenario inicialmente concebido para que las comunidades que vivían en la montaña pudiesen acarrear los productos con los que comerciaban. Actualmente gestionado por voluntarios, mantiene los vagones originales, en los que es posible sentarse para disfrutar del paisaje con los pies colgando por el exterior del vagón: una experiencia divertida que se puede combinar con la degustación de algún producto local en caso de privatizar alguno de los tranvías.

Phillip Island

El estrecho de Bass, donde confluyen los océanos Pacífico e Índico, separa la isla-continente y Tasmania. Sus aguas rodean la pequeña Phillip Island, situada a 80 kilómetros de Melbourne. Reconocida por la UNESCO como Reserva de la Biosfera, forma parte de Mornington Peninsula and Western Port Biosphere Reserve.

En total son 101 km2 de amplios espacios naturales, fotogénicas playas y acantilados y una amplia infraestrutuctura turística nacida de su éxito como destino de vacaciones para los habitantes de Melbourne. Es además el mejor lugar para divisar bellos paisajes siempre salpicados de figuras saltarinas: en la isla habitan muchos canguros en libertad.

Se pueden organizar numerosas actividades, desde las más apacibles como las que ofrece la granja-escuela de la conectada Churchill Island, a olimpiadas deportivas en las playas, salidas de pesca, clases en afamados spot de surf o rutas en bicicleta, además de carreras de karts, catas de vino, la visita de una mina activa hasta 1968 o un paseo por la historia de la guerra de Vietnam en el Museo Nacional de los Veteranos.

Buena parte de la fama actual de Phillip Island procede del Gran Premio de Australia de Motociclismo que tiene lugar aquí. También de la posibilidad de observar dos especies animales que habitan en esta isla: los koalas y los pingüinos. Los primeros se pueden observar en una pequeña porción de bosque original que se conserva en el Koala Conservation Reserve.

Aquí se cuidan y protegen 80 individuos que suelen presentarse dormidos, ya que duermen en torno a 20 horas al día. El motivo son las largas digestiones de las hojas de eucalipto –comen hasta un kilo al día–, elemento principal de su dieta.

Los canguros y los koalas no son los únicos animales emblemáticos de Phillip Island. Con la caída del sol, hasta 2.500 personas asisten cada día a la Penguin Parade, la salida del agua de los pequeños pingüinos endémicos:  en los días de mayor afluencia, 5.000 ejemplares pueden llegar salir del agua cada atardecer.

Es posible organizar una experiencia premium en la zona más propicia de la playa con el objetivo de verlos más cerca. Un producto aún más exclusivo, para grupos de hasta 60 personas, permite observar a ras del suelo el desfile de los simpáticos animales. No superan el kilo de peso y los 30 centímetros de altura, siendo la especie de pingüino más pequeña del mundo. Esta colonia puede llegar a contar con 40.000 individuos.

Entre los establecimientos hoteleros más utilizados para incentivos, North Pier Hotel es el más grande, con 62 habitaciones. 20 personas pueden compartir los dormitorios que se ofrecen para grupos.

Australia es un continente que alberga tal diversidad de paisajes que lo más difícil es decidir qué destino elegir una vez en el país. La ventaja de Melbourne es que no se trata solo de una ciudad bonita con una naturaleza próxima en la que ver en libertad animales que sorprenden. Es también. como siempre recuerdan los locales, una atmósfera, un ambiente, una cultura… esa vibe que define la personalidad de un destino de difícil acceso por su lejanía, pero fácil y hospitalario una vez alcanzado.

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