MOTIVACIÓN PUNTO MICE 37

La creatividad no tiene límites a la hora de diseñar un programa de teambuilding, que puede estar enfocado en bebidas autóctonas, inspirarse en el mundo natural, o incluso prescindir del contacto físico entre los participantes en un ejercicio 100% virtual.
22 de abril de 2024

Por Cristina Cunchillos

Campamento virtual

Para motivar no siempre es necesaria una actividad en la que todos los miembros estén físicamente en un mismo lugar. La agencia estadounidense Teambuilding.com lo demuestra con propuestas como su campamento virtual, en el que todos participan de forma remota.

Uno de los placeres de ir de acampada con un grupo de compañeros es reunirse todos en torno al fuego al final del día. Eso es precisamente lo que hacen los participantes… de forma virtual. Reciben por adelantado el material necesario para el fuego del campamento: una vela, galletas, chocolate y nubes de algodón dulce para preparar los smores, los típicos sándwich dulces vistos en numerosas películas, rellenos con las golosinas que se tuestan primero en el fuego, o en este caso en la llama de la vela.

Con las velas encendidas, los miembros del equipo se reúnen en torno al fuego a través de sus pantallas, y participan en juegos clásicos de campamento, cantan canciones y lanzan adivinanzas… antes de compartir historias de miedo demostrando así su creatividad. Es la última prueba tras preparar sus smores en el fuego y disfrutarlos junto a sus compañeros antes de desearles buenas noches y retirarse a su tienda…

 

Aprendiendo de las abejas

La empresa española Green Events recurre al mundo de las abejas como ejemplo perfecto de organización y colaboración para inspirar a las empresas. En una masía en las afueras de Barcelona que forma parte de un proyecto de inserción socio-laboral para personas con diversidad funcional psíquica, los equipos se acercan a estos fascinantes insectos y aprenden valiosas lecciones de su comportamiento aplicables en el ámbito profesional.

 

En una primera parte teórica los participantes aprenden cómo viven, su vital función polinizadora, la importancia de la reina y los diferentes roles de cada miembro del panal. Mediante juegos crean una analogía de esta estructura en su propia empresa. Después, ataviados con trajes protectores, se acercan a los panales donde, en los meses de abril, mayo y junio, pueden participar en la extracción de la miel. Si esto no es posible, existen otras opciones como la creación de “hoteles” para abejas o la elaboración de velas con la cera. 

Coraje holandés

Aunque fueron los ingleses quienes más difundieron su consumo, la ginebra se inventó en Holanda en el siglo XVII, dando pie al llamado “coraje holandés” al ser consumida por los soldados antes de ir a la batalla. Por eso el receptivo neerlandés Mosa DMC propone un taller de creación de licores con esta bebida como protagonista.

En una granja a las afueras de Ámsterdam, entre prados y canales, los participantes aprenden cómo se pueden hacer bebidas con mayor o menor contenido de alcohol a partir de diversas frutas, granos o incluso arroz o patatas. También se explica la diferencia entre el alcohol neutro y bebidas como la ginebra o el beerenburg, típico licor de hierbas holandés.

Tras la explicación, trabajan en equipo para producir su propia ginebra, que pueden personalizar añadiendo frutas, hierbas o especias, y que se llevarán como recuerdo al final de la jornada. La actividad se puede complementar con un concurso para elegir el mejor cóctel entre las recetas caseras propuestas por los asistentes.

 

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