- Palacio de la Magdalena
- Gran Casino Sardinero
- Centro Botín
- Hotel Río Silken Santander
- Paraninfo de la Universidad de Cantabria ©Universidad de Cantabria
- Playa de Covachos, ©Geoparque Costa Quebrada-Natalia Magdalena
Por Rocío Agenjo Casas
JOYAS DEL NORTE
Santander es la capital de la región española de Cantabria y se localiza en el litoral norte de la Península Ibérica. Su ubicación es privilegiada, ya que se abre al mar Cantábrico gracias a la bahía natural del mismo nombre.
El clima oceánico del que goza el destino le otorga inviernos de temperaturas suaves y veranos más frescos que en otros puntos de España, lo que hace de Santander un destino atractivo durante todo el año. Pero como siempre en el norte de la Península Ibérica, es recomendable tener un plan alternativo al aire libre por si la lluvia llega sin avisar.
En lo que respecta a su conectividad, el Aeropuerto Internacional Seve Ballesteros – Santander está conectado con nueve destinos nacionales y ocho destinos europeos. Al centro de Santander se llega en tren de alta velocidad, en trayecto directo, desde Alicante y Madrid; aunque también desde Barcelona, Córdoba, Lleida, Málaga, Orense, Santiago de Compostela y Sevilla mediante transbordo.
Aunque el principal atractivo que ofrece la ciudad de Santander es la combinación entre el mar y la montaña, esconde una rica y variada historia que se remonta a la época romana. En su arquitectura, cultura, gastronomía y tradiciones se pueden encontrar hoy en día vestigios de ese pasado, con el aliciente de integrarlos en las distintas operaciones MICE y congresos organizados en el destino.
Venues históricos
El mejor ejemplo es el Palacio de la Magdalena, la joya de la corona de la capital cántabra. Se encuentra en la zona más alta de la península de la Magdalena, con vistas al mar Cantábrico, a la bahía y a las montañas de la Cordillera Cantábrica que la enmarcan.
Su construcción tuvo lugar entre 1908 y 1912 y fue ordenada por el Ayuntamiento. La ciudad quería entregar como regalo a los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia esta residencia de verano. Ejerció como tal hasta 1930, cuando la II República española transformó su uso. A partir de ahí se convirtió en universidad, hospital, residencia de los afectados por el gran incendio de 1941, mientras que su estado se iba deteriorando.
En 1977, volvió a manos del Ayuntamiento, que inició un proceso de rehabilitación integral finalizado en 1995. Se conservaron algunos elementos originales y se recrearon otros de la antigua residencia real, actualmente expuestos en la zona museística que se puede visitar.
Hoy en día, el Palacio de la Magdalena se ofrece como sede de reuniones, convenciones, congresos… con salas que pueden acoger desde encuentros íntimos de dos personas hasta cócteles para más de cien delegados en el Hall Real, con terraza y vistas a los jardines.
Dentro del recinto del palacio, en la zona baja de la península y a unos 300 metros del edificio principal, junto a las Caballerizas Reales se erige el Paraninfo o Auditorium, en el que se pueden organizar sesiones para 350 delegados.
Los participantes no deben irse de este espacio sin hacer una visita guiada –de entre una y dos horas– por sus principales estancias. En ocasiones muy especiales es posible subir hasta la torre principal, en grupos de máximo diez participantes, para disfrutar de las mejores vistas panorámicas de la ciudad.
El Gran Casino Sardinero, situado en el insigne barrio El Sardinero, es otro de esos lugares históricos que se ofrece como venue en la actualidad. Inaugurado en 1916 siguiendo la moda arquitectónica de la belle époque francesa, nació como punto de encuentro de la alta sociedad santanderina. Operó como casino hasta 1939 y reabrió sus puertas con la misma función en 1978. Además, dispone de varias salas que acogen exposiciones artísticas.
En el salón Cabo Menor de la planta principal se organizan encuentros en formato teatro para un máximo de 250 personas, aunque también puede acoger cócteles para 400. Si se incluye la terraza, con vistas al Palacio de la Magdalena, el aforo es de 550.
Por su parte, el salón Cabo Mayor, que se encuentra en la primera planta, se ofrece para 180 personas en formato banquete y 350 en cóctel.
El rey Alfonso XIII inauguró en el año 1907 el edificio modernista de la calle Tantín que hoy es sede de CASYC, el Centro de Acción Social y Cultural de Caja Cantabria. Por su ubicación, también se le conoce como “Tantín”. Además de ofrecer una programación cultural a tener en cuenta con conciertos, charlas y exhibiciones, dispone de seis salas multiusos, dos talleres, una sala de prensa, zona de exposición, cafetería y un salón de actos donde caben 500 personas.
Espacios vanguardistas
Desde 2017, Santander cuenta con un espacio cultural donde también es posible organizar operaciones MICE y congresos. Se trata del Centro Botín, un museo privado que pertenece a la Fundación Botín y se alza sobre el Muelle de Albareda, en los Jardines de Pereda, frente a la bahía. Es todo un referente en la ciudad, no solo por su ubicación, también por la forma en la que está construido: sin tocar tierra, suspendido sobre grandes pilares y columnas que llegan hasta la altura de los árboles del parque y en voladizo sobre el mar.
Además de las exposiciones permanentes y temporales que alberga, cuenta con un auditorio dotado de grandes ventanales con capacidad para 300 delegados, así como cuatro salas de distintas capacidades. Si se combinan las aulas Cian y Cobalto, pueden recibir 37 personas en teatro. Si se unen las aulas Marino e Índigo, la capacidad alcanza las 46.
Se suelen completar los programas con una visita a la muestra artística. El propio centro también propone experiencias de team building relacionadas con la creatividad, para grupos de hasta 180 participantes, dependiendo de la actividad que se realice: desde “talleres de movimiento” a catas tematizadas en base a la literatura, la música o el cine, sesiones gastronómicas inspiradas en el arte o composiciones musicales en grupo.
En el área de El Sardinero se encuentra el Palacio de Exposiciones y Congresos de Santander, cuyo diseño homenajea a la orografía y la climatología de Cantabria. Sus más de 9.000 m2 incluyen 15 espacios diferenciados, entre los que destaca el Salón El Sardinero, con una superficie diáfana de 2.660 m2. Puede albergar 1.200 personas en teatro. Para presentaciones y conferencias, el salón de actos cuenta con 275 butacas.
En 1991 abrió las puertas el Palacio de Festivales de Cantabria, con vocación multidisciplinar para acoger todo tipo de eventos culturales y profesionales. Su fachada reproduce los colores del mar y la tierra, integrándose en el entorno en el que se encuentra, en la avenida Reina Victoria, frente a la bahía de Santander.
Las mayores operaciones se celebran en la Sala Argenta, con una superficie de 1.600 m2 y capacidad para 1.500 delegados. Dispone de tres cabinas de traducción simultánea y escenario de 580 m2. La Sala Pereda puede acoger a 500 delegados.
El Paraninfo de la Universidad de Cantabria también se ofrece a los organizadores gracias a su salón de actos, con capacidad para 500 personas, ubicado en un edificio de cuatro plantas situado en el centro histórico de Santander.
Muy cerca del Parque de Las Llamas, el Paraninfo de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo también dispone de un salón de actos para 500 delegados, así como otras aulas de distintos tamaños.
Hoteles junto al mar
El Hotel Santemar, que forma parte de la cadena Hoteles Santos, es un establecimiento de cuatro estrellas situado a 50 metros de la playa de El Sardinero, muy cerca del Gran Casino Sardinero. Sus 348 habitaciones y suites, que han sido recientemente reformadas, presentan estilos de decoración relacionados con el mar y la montaña, en honor a su ubicación.
La mayor de sus nueve salas –la Sala Convención– se ofrece para sesiones de 500 delegados en teatro. Para cócteles de hasta 600 invitados se utiliza el Salón Social.
Aún más cerca de la playa de El Sardinero, el Gran Hotel Sardinero, de cuatro estrellas, sorprende por la singularidad del edificio en el que se encuentra, restaurado por última vez en 2012. Dispone de 102 habitaciones, parte de ellas con vistas al mar Cantábrico, y cinco salones para reuniones. Combinando Piquío I y Piquío II se forma un espacio capaz de concentrar a 260 personas en formato teatro. Si se suma el salón San Roque, se pueden celebrar cócteles para 350 asistentes.
Para grupos más reducidos, entre el Gran Casino Sardinero y el Palacio de la Magdalena se encuentra el Gran Hotel Victoria, también de cuatro estrellas. Casi la totalidad de sus 70 habitaciones tiene vistas al mar y cuenta con cuatro salones. El mayor recibe hasta 210 personas en teatro. En la zona ajardinada se celebran cócteles al aire libre para 250 invitados.
La cadena Silken Hoteles tiene presencia en la capital de la región cántabra con dos alojamientos de cuatro estrellas. El Silken Coliseum, de 92 habitaciones, ocupa un antiguo cine cerca de atracciones turísticas como la Catedral, la Plaza Porticada, el Museo de Arte Moderno, el Centro Botín y el mar. Sus tres salas se pueden unir hasta dar lugar a Coliseum, un espacio con capacidad para 210 delegados en teatro.
Silken Río Santander, frente a la playa de El Sardinero, ofrece 89 habitaciones y cuatro salones. Los más pequeños, Quirós y Solana, pueden acoger en teatro a 30 personas cada uno. En el mayor, Pintores Montañeses, también se organizan banquetes de hasta 180 comensales.
Eurostars Hotel Real, de cinco estrellas gran lujo, es el único con esta categoría en la ciudad. Se inauguró en 1917 frente a la playa de los Peligros, dominando la bahía de Santander desde la colina en la que se encuentra. En su atmósfera se mantiene vivo el recuerdo de la época en la que los integrantes de la corona veraneaban en el destino. Tiene 123 habitaciones exteriores y siete salones. Uniendo las salas Regente I y II el aforo es de 150 personas en formato teatro, mientras que en el jardín de 306 m2 se organizan cócteles para el doble de personas.
Geoparque Costa Quebrada
Los programas lúdicos suelen incluir un recorrido en coche, furgoneta o autobús por el Geoparque Costa Quebrada, en un itinerario de 20 kilómetros de extensión que va desde Santander hasta Santillana del Mar, pasando por los pueblos de Camargo, Santa Cruz de Bezana, Piélagos, Miengo, Polanco y Suances.
Es un modo de conocer la historia geológica de esta parte de España y cómo durante el llamado período Cretácico –entre 140 y 65 millones de años atrás–, la Península Ibérica se separó de lo que hoy es Europa, dando lugar al litoral del norte peninsular. Con el empuje del continente africano, las capas comenzaron a levantarse dando lugar a la Cordillera Cantábrica y a la Costa Quebrada que actualmente se puede admirar. Desde abril de este año, la UNESCO la ha incluido en la Red Mundial de Geoparques, ratificando el trabajo llevado a cabo en favor de la conservación, el desarrollo sostenible y la implicación por parte de las comunidades locales.
También se pueden organizar rutas a pie en compañía de un experto en geoturismo que muestre la gran variedad de recursos geológicos y paisajísticos de la zona. Lo más aconsejable es iniciar el recorrido en el Faro de Cabo Mayor, el más importante de la comunidad autónoma, y finalizar en la playa de la Virgen del Mar, pasando por el Panteón del Inglés, las playas del Bocal y Rosamunda, la playa de La Maruca, el Puente Molino de Mareas y el humedal de Pozonas de San Román, entre otros. Su duración puede variar en función de la ruta elegida, siendo aconsejable que sea de un mínimo de tres horas.
En La Maruca, ocupando la antigua fortificación de San Pedro del Mar –que data de 1660– se ubica el actualmente cerrado Centro de Interpretación del Litoral. A pocos minutos a pie del mismo, más de un centenar de comensales pueden degustar una comida tradicional marinera en los dos salones del restaurante Las Olas.
Parque de la Naturaleza de Cabárceno
Las cabinas de teleférico desde las que se divisan los animales que habitan este espacio natural ya se han utilizado como espacio para sesiones de speed dating en el marco de un congreso. Es un ejemplo de la versatilidad de un espacio situado a 15 kiómetros de Santander, en el valle del Pisueña (municipio de Penagos).
Lo que fueron unas antiguas minas de hierro se convirtieron en 1989 en un zoológico de 800 hectáreas donde habitan más de 120 especies de animales procedentes de los cinco continentes. La zona de acceso a las telecabinas también puede ser utilizada para celebrar un cóctel para 120 invitados. En el restaurante Los Osos se ofrecen comidas para 100 comensales en su salón principal, pudiendo ampliar a 250 si se utiliza el salón contiguo.
Para completar la experiencia en el parque, en grupos de hasta siete personas se puede hacer una visita en bicicleta eléctrica en compañía de un guía especializado, que explica la situación actual de miles de especies amenazadas, diferentes curiosidades sobre sus animales y el trabajo que realizan.
Prehistoria y arqueología
El abanico de propuestas vinculadas a la riqueza natural y arqueológica de Cantabria es muy amplio. La Cueva de Altamira –declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO– es el lugar más famoso por conservar uno de los ciclos pictóricos y artísticos más importantes de la Prehistoria.
Hoy en día solo se puede visitar una réplica de la cueva original, que se encuentra permanentemente cerrada al público para mantener su conservación y continuar con las labores de investigación. La reproducción se encuentra en el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, a dos kilómetros de la localidad de Santillana del Mar, muy cerca de la cueva real. La visita se realiza en grupos de máximo 20 personas y tiene una duración de 25 minutos. Se puede llegar en autobús en un trayecto de 30 minutos desde Santander.
Otra opción es la visita de la Cueva de El Pendo, en el valle de Camargo, a menos de 25 minutos por carretera de Santander. Fue descubierta en 1878 y a día de hoy sigue siendo objeto de numerosas investigaciones arqueológicas. Los grupos pueden descender desde el gran vestíbulo hasta la galería en la que se encuentra un panel de pinturas descubierto en 1997.
Gastronomía de renombre
La gastronomía es uno de los mayores atractivos del norte de España en general y de Santander en particular. En el barrio Monte de Santander, la Casona del Judío es uno de los clásicos para comidas y cenas. Ubicado en una casona indiana del siglo XIX, cuenta con una Estrella Michelin y una Estrella Verde a la Sostenibilidad, gracias, entre otras cosas, al huerto propio en el que cultivan 14 hierbas del litoral, su trabajo con ozono y la reutilización de residuos como la salmuera de la anchoa o el suero del queso.
La carpa acristalada del jardín puede recibir hasta 250 invitados en un cóctel, así como su espacio al aire libre. Dispone de dos salas para grupos reducidos de hasta nueve personas, en los que se ofrece un showcooking de aperitivos, que forma parte del completo menú degustación que probarán después. Durante el mismo, los asistentes pueden interactuar con los chefs en las elaboraciones.
El restaurante El Serbal, emplazado en el barrio de Puertochico, acoge grupos de hasta 40 comensales. Cuenta desde 2003 con una estrella Michelin y basa su recetario en los productos cántabros, panes artesanos y una amplia selección de quesos internacionales.
También es posible organizar en grupos de 15 personas el tour cultural gastronómico Saboreando Santander, de la mano del DMC Smart Tour Santander, que recorre las zonas más emblemáticas del centro histórico de la ciudad, pasando por los lugares más típicos de tapas.
Durante el itinerario de tres horas y media de duración, un guía experto explica todos los secretos de Santander y acompaña a los participantes a cuatro locales donde pueden degustar bocados típicos, con sabores procedentes de la tierra y del mar.
Incentivos con mar
La bahía de Santander puede ser el marco de una experiencia ecoturística durante una ruta en barco por la Costa Quebrada, combinando la belleza de sus paisajes con explicaciones sobre la historia y la geología.
La experiencia se puede personalizar para grupos de hasta 150 personas, con una duración mínima de dos horas, preferiblemente en horario de mañana (especialmente en otoño e invierno). Se hace acompañada de un guía de ecoturismo que interpreta la zona.
Partiendo del puerto de Santander, se divisan los puntos de interés más simbólicos de la costa. Entre ellos se encuentra la Punta de San Martín, las playas de los Peligros, La Magdalena y Bikinis, la isla de La Torre, el islote de la Horadada, la Península de La Magdalena, Cabo Mayor y Cabo Menor.
Para quienes deseen una ruta distinta, también es posible navegar hasta la playa de El Puntal desde Santander, en un trayecto de diez minutos, para avistar cómo esta zona arenosa separa la desembocadura de la ría de Cubas del mar abierto.
En los últimos tiempos, Santander se está posicionando a nivel nacional e internacional como un destino que apuesta por la sostenibilidad y esto se refleja también en su oferta para los sectores MICE y de congresos. Como añadido, presume de ser un destino de tamaño humano con mucha implicación de los proveedores locales en cada acción, ofreciendo un nivel de personalización y cercanía difícil de encontrar en las grandes urbes.
TEAM BUILDING SANTANDER
Chef por un día
Los grupos pueden descubrir la gastronomía local de una forma lúdica poniéndose el delantal y elaborando un cocido montañés mientras aprenden sobre su historia, para después degustarlo y valorar la mejor elaboración.
Retiro espiritual
En el entorno de la Costa Quebrada, Mar Caloca ofrece sesiones de yoga, meditación y “paseos conscientes”, con el fin de conectar con el entorno, acompañadas de pausas saludables a base de frutas y agua de hierbas.
Paseo en bici eléctrica
Smart Tour Santander organiza tours guiados en bicicleta eléctrica visitando los principales puntos de interés de Santander. Las pronunciadas cuestas que definen la orografía de la ciudad hacen recomendable su uso.
Yincana histórica
En el Palacio de la Magdalena se puede organizar en pequeños grupos una carrera a contrarreloj por los rincones del palacio, superando obstáculos y desbloqueando pistas que permitan resolver enigmas relacionados con la dilatada historia del lugar.
PATRIMONIO ESPIRITUAL
La ciudad de Santander también alberga un gran número de edificios religiosos cuya visita se puede incluir en un programa que busque destacar el rico patrimonio espiritual y arquitectónico de la ciudad.
El principal es la Catedral de Santander, que sorprende con su estilo neogótico y su imponente fachada, que la hicieron merecedora del título Bien de Interés Cultural en el año 1931. Se sitúa en la plaza de la Asunción, en pleno centro histórico. En su jardín se encuentra el antiguo cementerio de la capital, que también se puede visitar.
A su lado, la actual Iglesia del Santísimo Cristo presenta el estilo sobrio del gótico monástico. Este lugar de culto destaca especialmente por sus suelos de cristal, que permiten ver el yacimiento arqueológico romano sobre el que se encuentra.
Y junto a la plaza de Cañadío, la Iglesia de Santa Lucía llama la atención por sus colores y el espectacular pórtico con columnas jónicas, también declarada Bien de Interés Cultural en 1987.