La incertidumbre política y económica en todo el mundo contribuirá a una desaceleración continua en la demanda de viajes aéreos en 2020, y contribuirá a que las tarifas se mantengan estables a pesar del aumento del precio del petróleo. Así lo predice el nuevo informe Air Monitor 2020 publicado por American Express Global Business Travel, que apunta también a la creciente segmentación de las tarifas, la mayor preocupación por la sostenibilidad y el fracaso de las low cost de larga distancia como algunas de las tendencias a tener en cuenta el próximo año.
En España, se predice un incremento general de las tarifas aéreas del 1,8% en 2020, por encima de la media europea, en torno al 1%. El informe destaca el efecto del fenómeno flygskam (vergüenza de volar) en Europa, que ha impulsado la creciente competencia de las rutas ferroviarias. La volatilidad política en América del Sur podría provocar una caída de los precios de alrededor del 1% en esta región, mientras que en Norteamérica se espera un aumento discreto del 1,5% por el estancamiento de la economía debido a las tensiones comerciales. Los vuelos a destinos europeos podrían encarecerse por la reducción en capacidad de Norwegian Air, pero, por otro lado, la incertidumbre del Brexit podría amortiguar cualquier crecimiento. El mayor aumento de precios se verá en la región de Asia-Pacífico: un 2,9% más en clase business y un 1,8% en clase turista.
En cuanto a las principales tendencias de la industria aérea para 2020, el informe destaca que la segmentación de tarifas para satisfacer las diferentes necesidades de los pasajeros se extenderá también a la clase business, algo que Emirates ya ha introducido. Las aerolíneas low cost seguirán presionando a las tradicionales en rutas de corta distancia, mientras que los intentos de aplicar el modelo a rutas de larga distancia solo han triunfado por ahora en los servicios interregionales en Asia-Pacífico. Por último, la preocupación por el medioambiente llevará a la introducción de compensaciones de emisiones de carbono o el uso de biocombustibles por parte de más compañías aéreas, a la vez que más gobiernos proponen aumentar los impuestos sobre la aviación e incentivan medios transporte alternativos.