Rennes (Francia): Encanto celta

La capital de la Bretaña francesa es un concentrado de la identidad celta que impregna su carácter y la modernidad que deriva de estar a poco más de una hora en tren de París. Como fondo, una bella arquitectura medieval llena de encanto un casco antiguo que se posiciona como foco MICE. Todo dentro de una urbe en la que es muy fácil alejarse del mundanal ruido sin renunciar a lo que requiere un grupo profesional.
31 de enero de 2022

Por Eva López Álvarez

Rennes es la capital de la región de Bretaña, una porción del Oeste francés dotada de fuerte personalidad y una apasionante historia. Cuenta con aeropuerto propio, aunque las conexiones de la plataforma Rennes St. Jacques son reducidas. La puerta de entrada mejor conectada a nivel internacional es el aeropuerto Nantes Atlantique, situado a 150 kilómetros.

Muy cerca de París

A 350 kilómetros de la capital francesa, la conexión de tren de alta velocidad inaugurada en 2018 situó a Rennes a menos de hora y media del centro de París. Esto ha generado un gran cambio en la ciudad, que está experimentando un considerable aumento de población, además de un boom inmobiliario. Acompaña a este crecimiento un importante incremento de la oferta turística, con nuevos hoteles e infraestructuras destinadas al segmento MICE.

Algunas de esas nuevas infraestructuras turísticas han recuperado parte del interesante patrimonio histórico de la ciudad. Es el caso del Couvent des Jacobins, actual palacio de congresos, fruto de la rehabilitación de un convento dominicano del siglo XIV.  En pleno casco antiguo, abrió sus puertas en 2018. Puede acoger hasta 6.000 delegados y cuenta con varios espacios únicos. Como ejemplo, la sala bautizada como La nef es un anfiteatro de 400 asientos que reutiliza un espacio original del convento.

La restauración ha obligado a mantener una serie de niveles que aportan versatilidad al edificio, ya que cuenta desde un antiguo auditorio con 1200 plazas a una terraza moderna con vistas sobre los tejados para cócteles de hasta 300 invitados. En el bonito claustro de siglo XVII se pueden organizar banquetes. 23 salas con capacidades para entre 40 y 180 delegados completan el abanico de posibilidades.

El bonito casco antiguo de Rennes es el recuerdo de la urbe medieval que el fuego consumió en gran parte en el año 1720. Un tercio de la ciudad, ubicada en su mayoría al norte del río Vilaine, resultó calcinada. El problema de alojamiento que obligó a crear residencias y locales comerciales en lugares insospechados aún es tangible en algunos rincones.

Uno de los resultados de la catástrofe fue el nacimiento de una ciudad nueva basada en un urbanismo moderno cuyos mayores emblemas eran, y son, las actuales Place de la République y Place du Parlement. Es tanta la historia que albergan las plazas y edificios de Rennes que tematizar una búsqueda del tesoro es realmente fácil en este destino.

Ciudad medieval

La Place des Lices es uno de los espacios que aún se conservan de la ciudad previa al incendio. Alberga todos los sábados por la mañana uno de los mercados más famosos de Francia. Lo que fue un espacio que alojaba en el pasado las justas medievales, hoy incluye uno de los venues más singulares del destino: la Halle Martenot. Es una nave diáfana construida en 1870 que alberga banquetes de hasta 600 comensales. Es posible utilizar la zona peatonalizada que la rodea, aumentando en 720 m² la superficie para eventos.

Ocupando la sede de un antiguo banco, esta plaza albergará además la que será la gran novedad hotelera de Rennes. Con apertura prevista en 2023 bajo la marca Mama Shelter, tendrá categoría cuatro estrellas, 119 habitaciones y contará con terraza panorámica, piscina y spa de 600 m². Contará además con espacios para sesiones profesionales, a cinco minutos a pie del palacio de congresos.

También en el casco antiguo, Hotel Dieu fue el primer hospital de la ciudad y está inmerso en un amplio proceso de reconversión que busca transformarlo en lugar de referencia para eventos culturales y artísticos. Actualmente, y mientras duran las obras, se pueden organizar actividades como escalada o sesiones de yoga en espacios que han superado su pasado, pero aún están pendientes de su futuro, La estética actual es realmente original.

En el gran patio central, grupos de hasta 150 personas pueden degustar las recetas servidas en un bufé a base de productos locales y ecológicos, con la cerveza que se elabora en uno de los antiguos quirófanos como aporte original.

Una urbe nueva

La historia que se palpa casi en cada esquina no solo se refiere al pasado, también a esa nueva ciudad que está surgiendo como fruto de la conexión ferroviaria con París en menos de una hora y media. La nueva estación de tren es prueba de ello. Junto a ella, el hotel Le St. Antoine, inaugurado hace cinco años, cuenta con 61 habitaciones y una suite, además de una sala de 45 m² para sesiones profesionales. Un pequeño spa con dos cabinas de masaje completa las instalaciones.

Junto al hotel, el restaurante Les Pêcheurs, especializado en pescados y mariscos regionales, es un clásico para grupos que esconde sorpresas como el bar clandestino donde se sirven cócteles y absenta, privatizable para grupos de 25 personas. Desde curiosas recetas como el «martini a la ostra», o viejas propuestas de cócteles recuperados, amenizan un aperitivo previo a la cena o la fiesta de remate de una jornada profesional.

Con un total de 158 cubiertos, cuenta con un patio interior para 32 comensales y una sala de reunión en el piso superior para 18 delegados.

En las cercanías de la estación de tren, la misma entidad gestora de la Halle Martenot −Citédia Event− se encarga de L’Étage, un espacio de estética industrial para sesiones de hasta 400 delegados en el primer piso de la mayor sala de conciertos de la ciudad: Le Liberté alberga numerosos grupos de incentivo en los conciertos que recibe dentro de su mayor sala, que también se ofrece para sesiones profesionales de hasta 3.200 asistentes.

Muy cerca, el Balthazar Hotel & Spa Rennes, de cinco estrellas, es hoy por hoy el hotel más emblemático de la ciudad, Operado bajo la marca MGallery Hotel Collection del grupo Accor, ofrece 56 habitaciones y spa a pocos metros de las plazas de République y Parlement. Para sesiones profesionales cuenta con dos salones con capacidades para 8 y 30 personas.

El lujo sofisticado del hotel convive con algunas de las calles que sobrevivieron al sur del río tras el gran incendio. Por eso es un buen punto de partida para la ruta cultural Trésors cachés (tesoros escondidos) que permite descubrir antiguos patios y rincones medievales llenos de encanto.

En la misma zona, el hotel Mercure Rennes Centre Parlement estuvo inmerso en un vasto proceso de renovación que culminó el año pasado. Con 104 habitaciones, la rehabilitación incluyo la creación de dos salas para pequeñas reuniones de hasta seis y doce personas.

Abierta al río

Durante muchos años Rennes vivió de espaldas o, más exactamente, sobre su río Vilaine. Varios proyectos ya han servido para recuperar parte del paisaje original, mientras que otros están siendo debatidos con vistas a integrar aún más el Vilaine en la ciudad. Fruto de la recuperación es posible organizar amenas actividades de incentivo como regatas en kayak, sesiones de paddle surf o paseos por canales en barco eléctrico pilotado por los propios invitados.

Se puede acompañar el recorrido con una explicación sobre la historia y el carácter bretones en forma de slam, una suerte de rap poetizado que tiene mucha aceptación en la ciudad. Evidencia el eclecticismo cultural que caracteriza a Rennes, que cuenta todo el año con una completa y vibrante agenda cultural. Merece la pena tenerla en cuenta a la hora de organizar un programa de incentivo en la capital bretona.

Diversos festivales abarcan desde rock a teatro, pasando por vanguardistas artes escénicas o cine y músicas del mundo. De ellos han emanado estrellas internacionales y la calidad es, en general, muy elevada.

Es posible contar con espacios privados en certámenes que ya han logrado fama internacional como Rencontres Trans Musicales.

Destino verde

Otro de los atractivos de Rennes es que muy cerca del centro es posible encontrase alejado del ruido y rodeado de espacios verdes. Las empresas regionales han apostado por la ciudad para sus operaciones MICE, por ello existe una variada oferta destinada a los grupos profesionales.

Citédia gestiona el Camping des Gayeulles, un camping urbano en un gran parque muy próximo al centro. Es un curioso concepto cada vez más utilizado por las compañías locales y nacionales, que se alojan en los 18 citylodges que resultan de la recuperación de antiguos contenedores de metal. Ubicados en plena naturaleza, ofrecen distintas capacidades entre dos y seis personas.

Las opciones de team building en el parque son variadas, incluyendo el pequeño circuito por las ramas de los árboles que forma parte del camping. Una pequeña sala de reuniones de hasta 20 personas completa la oferta de un espacio singular renovado en 2017 y que abre todo el año.

En la cercana pista de patinaje Le Blizz se pueden organizar competiciones de karting sobre hielo como actividad de team building. Mientras siete personas circulan por la pista, el resto del grupo puede disfrutar de un cóctel con vistas al evento deportivo… y sin frío.

Más de 890 hectáreas de espacios verdes hacen de Rennes una de las ciudades más verdes de Francia. A los parques urbanos se suma la cercanía de espacios forestales de referencia como el bosque de Broceliande, repleto de árboles y bonitos senderos en torno a espejos de agua. También de leyendas sobre uno de sus habitantes más universales -hasta se puede visitar su tumba: el mago Merlín.

En las afueras, el Château d’Apigné es un hotel y restaurante gastronómico ubicado a diez minutos por carretera del centro de Rennes. Cuenta con ocho habitaciones que testimonian del pasado aristocrático del lugar, si bien son los jardines lo más utilizadas por los clientes corporativos ya que se prestan a numerosas actividades al aire libre como preludio de una comida gourmet.

300 invitados pueden asistir a una de gaña en la sala de estilo renacentista con grandes cristaleras. Los cócteles en el jardín se organizan para un máximo de 500 personas.

Los grupos pueden llegar desde Rennes en bicicleta a través de un pintoresco sendero que bordea el río Vilaine y supera diferentes esclusas.

En las cercanías del aeropuerto, el Domaine de Cicé-Blossac Resort Spa Golf reúne desde 2010 a los apasionados del golf en su campo de 18 hoyos. También numerosas sesiones de empresa en los distintos espacios y terrazas. Un edificio destinado exclusivamente a seminarios cuenta con cinco salas. Torneos de golf, olimpiadas, retos deportivos, clases de cocina… forman parte de las actividades que se ofrecen para grupos de incentivo. El área de alojamiento incluye 114 habitaciones.

Fuerte personalidad

Es otro de los grandes atractivos de Rennes: la gran cantidad de espacios dotados de fuerte personalidad que existen dentro de la ciudad. Ya sea en forma de parques, de bares con carácter que se pueden privatizar, de espacios con vistas o de hoteles con encanto… en la capital de la Bretaña es fácil sentirse en una burbuja sin renunciar a las ventajas de cualquier ciudad de tamaño medio.

Situado entre los parques Thabor y Gayeulles, el hotel LeCoq-Gadby Hôtel & Spa – The Originals Relais, es un secreto escondido entre edificios. La quinta generación de la misma familia que abrió el primer hotel certificado ecológico de Francia sigue gestionando este original recinto de 16 habitaciones, todas diferentes.

Cuenta con un pequeño spa en el que se ofrecen los productos de cosmética que se producen en el lugar, Se pueden organizar para pequeños grupos clases de automasaje o degustación de delicatessen francesas, incluyendo catas de vino. Un espacio privado se ofrece para comidas o pequeñas reuniones.

La belleza de la región alcanza su máxima expresión en la costa: a una hora por carretera la ciudad corsaria de St. Maló sorprende por la magnificencia de su ciudad amurallada, el Mont St. Michel por la magia de su imponente abadía y los recovecos de sus callejuelas, Dinan por ofrecer un viaje a una ciudad actual y al mismo tiempo medieval…

La hospitalidad bretona es otro de los grandes atractivos de cara a los grupos. El convention bureau de Rennes −Bureau de Congrès− ha diseñado un «contrato de acogida» que puede incluir hasta un community manager dedicado a la operación MICE.

La apuesta por el asociacionismo forma parte del carácter local y esto tiene su traducción en el universo MICE: desde principios de 2021, Breizhevent Ille et Vilaine 35 reúne 70 proveedores de toda la provincia vinculados a diferentes campos: desde tecnología aplicada a eventos a espacios, pasando por profesionales del team building o especialistas en la inclusión de la gastronomía local en un programa profesional.

Precisamente en las recetas locales se basan muchas actividades típicamente bretonas, como los talleres de elaboración de crepes.

Esta especialidad local no puede faltar en una velada amenizada con música y danzas tradicionales, famosas por los bailes en grupo con los participantes agarrados por el dedo meñique.

El dedo puede terminar algo dolorido pero la experiencia, como tantas que se pueden vivir en Bretaña, dejará sin duda un buen recuerdo. Y esto gracias a la belleza, profesionalidad, calidad y calidez que se mezclan en el Oeste francés.

 

Team building en Rennes

Retos de supervivencia
En el parque Gayeulles se pueden organizar clases de supervivencia al más puro estilo boy scout descubriendo secretos escondidos, retos en equipo o la degustación de frutos o insectos.

Regatas en kayak
Los canales del río Vilaine se prestan para regatas en canoa mientras se disfruta del paisaje urbano, como parte de un circuito que incluya paseos en segway por los parques más emblemáticos.

Tesoros escondidos
Muchos habitantes de Rennes no conocen algunos de los patios que se esconden tras las fachadas medievales y que son auténticas joyas ideales para una búsqueda del tesoro.

Músicas del mundo
Haciendo honor al eclecticismo que caracteriza a la agenda cultural de Rennes, los grupos pueden experimentar distintas músicas del mundo a través de una clase de yembé en el parque Thabor.

 

Descubriendo a Hélène Jégado

Hélène Jégado es la mayor serial killer de la historia. Esta bretona sirvienta de un sacerdote, llegó a asesinar a más de 30 personas a lo largo de 30 años. Algunas fuentes sitúan en 60 el número de sus víctimas, para las que seguía un mismo modus operandi: envenenarlas con arsénico utilizado como veneno para ratas.

Su primera víctima fue su propia madre. A lo largo de su vida, allí donde trabajaba se producía alguna desgracia en forma de muerte, que ella lamentaba entre lágrimas al dejar el domicilio y partir en busca de una nueva familia en la que trabajar… y asesinar.

Rennes fue su último destino tras haber trabajado en diferentes lugares de la región. Tras cuatro años en la ciudad y un periodo de aparente inactividad en cuanto a crímenes, retomó las agresiones como empleada de un profesor de la Universidad de Rennes. En 1852 fue descubierta y guillotinada, siendo hasta el día de hoy la asesina en serie que más crímenes ha cometido.

Una búsqueda del tesoro en grupos de hasta 40 personas permite descubrir Rennes a través de los lugares que Hélène Jégado frecuentaba, incluyendo el lugar de su último empleo o allí donde fue juzgada, junto a la actual sala de conciertos Le Liberté.

 

Datos de interés

Moneda: euro (EUR)

Huso horario: GMT +1

Tipo de enchufe: clavijas tipo F/L – voltaje común 230V

Aeropuerto internacional: Rennes-St.Jacques (RNS)

Más información:

DESTINATION RENNES – BUREAU DES CONGRÈS
Sophie Grange
Responsable de Destination Affaires
s.grange@destinationrennes.com
Tel: + 33 2 99 45 90 92 / 6 11 73 99 45
www.rennes-congres.fr

 

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